Recuerdos de El Corpus

Aprovechando que se aproxima uno de los días grandes de nuestra aldea, el día de El Corpus que se celebra el próximo domingo, queremos recordar el hermoso poema que nuestro paisano Eloy Vélez Ramos dedicó a este día tan emotivo para todos nosotros acompañado con fotos antiguas de nuestro baúl de los recuerdos. Esperamos que os guste!

LA FIESTA DE AGOSTO

En la mañana estival

de ese domingo agosteño

el lucero matutino

detiene su curso, y luego

de recrearse en Buitrón,

se pierde en el firmamento.

 ***

Al estallar un cohete,

entre dormido y despierto,

sobrecoge la alborada

dulce del tamborilero,

mientras que el Ave María

cantan campanas al vuelo…

El aire viene cargado

de mastranzo y de poleo.

00

Blancas de cal las paredes

en las calles, limpio el suelo;

por poniente el sol se asoma

sacudiendo sus cabellos,

y en los dorados rastrojos

va enjuagando con su aliento,

la caricia blanda y fresca

del rocío mañanero.

01

El lecho invita al descanso

pero no es posible hacerlo…

Hay que plantar la camisa,

sacar del ropero el terno,

colgar la colcha de seda,

colocar los maceteros

y tanto y tanto detalle

para que todo esté a tiempo…

Pues hay que darse más prisa

que ya los curas vinieron,

y las monjitas cantoras

y el sochantre… ¡Qué revuelo!

02

Las calles llenas de gente

que va subiendo hacia el templo

semejan a un río humano

que se desborda contento

buscando el cauce anchuroso

que le acerca al Sacramento.

03

Como la Iglesia es chiquita

se llena pronto, y el resto,

hace del porche capilla

y se arrodilla en el suelo,

porque el labrador es duro

y resistente el minero,

y uno y otro tienen callos

de darle a la tierra vuelcos.

***

Tras los salmos de la Tercia

tiene la misa comienzo,

y el altar es ascua de oro

y con refulgentes destellos.

04

En procesional desfile

van a la calle saliendo,

aldeanos y aldeanas

vistiendo sus trajes nuevos

y bajo palio de nieve,

de juncia alfombrado el suelo

va Jesús Sacramentado

entre cuatro mozos recios…

Hierbabuena y toronjil

se mezclan con el incienso.

05

Ya se recoge, ya entra;

pasa las puertas del templo

y el tamboril zumba ronco

porque el sol le dio de lleno

y la jornada termina

con un típico refresco,

que, gentil, el mayordomo,

ofrece a los forasteros

y a los hermanos cofrades

en un ambiente fraterno…

El calor seca la juncia

el mastranzo y el poleo.

Eloy Vélez Ramos

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